El templo catedral recibió este jueves 12 de mayo, desde las 10:00 horas a autoridades de la región y comunidad en general, para celebrar un nuevo aniversario de la capital maulina.
La Eucaristía fue presidida por el obispo de la diócesis, el padre Galo Fernández Villaseca, y se inició con un breve relato de la historia de Talca y la procesión de estandartes de distintos colegios y liceos de la ciudad que también se unieron a esta celebración.
Luego de las lecturas, el obispo expresó en su homilía la alegría de volver a celebrar presencialmente el aniversario de Talca, y que mejor que en su cumpleaños 280.
“La ciudad es parte de una construcción mayor, de encuentro y convivencia. Que alegría celebrar porque nos hace bien hacer memoria para dar gracias y recorrer esta larga historia aun con sus complejidades, con los dolores y los desencuentros, vale la pena y corresponde celebrarlo. Porque en rigor lo que tenemos, lo que es nuestro presente, es fruto del esfuerzo, de la sabiduría, del compromiso de muchos que nos han precedido, y que con amor y esfuerzo dedicaron lo mejor de sí mismos para poder generar este espacio de encuentro que es la ciudad”.
Así mismo, nuestro pastor expresó que en las dificultades es donde se ven las fortalezas y cómo nos ayudó la pandemia a recordar lo esencial que es a nuestra naturaleza humana reencontrarnos con los otros.
“Incluso en esas circunstancias (de la pandemia) percibíamos lo importante que era que hubiera otros que nos asistieran, que sostuvieran la vida de la ciudad en esas cosas esenciales, imprescindibles. Aprendimos también que el vivir con otros nos compromete en el cuidado mutuo, cuánto hemos tenido que aprender en la disciplina de cuidarnos (…) todos somos corresponsables de la vida en la ciudad, estamos llamado a convivir, es esencial de nuestra condición humana”.
La ciudad se construye con el compromiso de todos
De igual forma, monseñor Fernández dio gracias por el servicio de las autoridades y su vocación para hacer de Talca una ciudad mejor.
“Damos gracias por todos los que tienen vocación pública, vocación para el compromiso social, damos gracias por la valentía en tiempos difíciles, en donde asumir un rol de autoridad en una institución está sujeto a un escrutinio muy exigente, muy duro, y a veces parecería mucho más cómodo refugiarse en los propios espacios y quedarse atrás criticando a los que llevan la conducción”.
“Y cuanto necesitamos que la honren como corresponde, que sean servidores, porque el que está primero no es para destacarse y ser servido, sino conforme al espíritu del Evangelio es para servir a todos. Oramos por la ciudad, por sus gobernantes que nos ayudan a construir y por todos los habitantes de Talca que construimos la ciudad. El presente tenemos que mirarlo como un desafío, las dificultades que tenemos, los sueños que se anidan en el corazón de todos, el anhelo de poder vivir en paz y alegría”.
Continuando con la celebración de la misa, al momento del ofertorio se presentó el escudo de Talca y algunos materiales que forman parte de la campaña Talca Recicla, para recordar la historia de la ciudad y el futuro que queremos para ella con acciones ecológicas.
La Eucaristía concluyó con la bendición final y el himno de la ciudad de Talca interpretado por el coro Magisterio.