Luego de algunas semanas, este viernes 8 de julio se pudo realizar la misa funeral de María Cristina Correa, en la parroquia de Villa Prat, con la presencia de su familia, amigos y comunidad en general que admiraban a esta gran mujer.
La Eucaristía inició a las 11:30 horas, y momentos antes se le rindieron algunos homenajes a María Cristina, con una serenata por parte de sus primos. La misa estuvo presidida por el padre Sergio Díaz, párroco de Villa Prat, acompañado por otros sacerdotes de la diócesis y el obispo Galo Fernández Villaseca.
Realizada las lecturas del día, el padre Sergio Díaz agradeció la presencia de todos, en especial de aquellos que vinieron desde más lejos e invitó al pueblo de Dios a dedicar unas palabras a María Cristina, a contar desde sus anécdotas cómo ella marcó sus vidas de una u otra forma.
Su familia y amigos
Uno de los primeros en hablar fue Antonio Bentué, teólogo y profesor de universitario, quien recordó que la conoció en San Felipe por los años 70.
“Una de las cosas que marcó la espiritualidad de Cristina, era la espiritualidad de Nazaret y la teología de Nazaret, tenemos un poco esa teología olvidada, de los 30 años de vida oculta de Jesús, son años profundamente piadosos (…) la encarnación de Dios, no es una encarnación en el ser humano, es un ser humano de margen, no de centro sino de periferia, y esa espiritualidad de abandono marcó a Cristina y a todos los que la conocimos”.
Así mismo, el padre Luis Alarcón Escárate contó algunos recuerdos que tenía de ella en aquellos años cuando apenas estaba en el seminario.
“Nos enseñó a vivir de una manera sencilla, compartimos tantos momentos de canto, canciones que ella misma cantaba y grababa. Agradecer de verdad todo ese tiempo que vivimos junto a ella, momentos comunitarios de mucha alegría, de cariño, de acercamiento con el Evangelio, porque nos permitió conocer tantas realidades, disfrutar vacaciones juntos, vivir la alegría del espíritu. Con ella se podía conversar de Dios y lo que va haciendo en tu vida, que es un regalo impagable, y yo sé que eso lo compartieron muchos otros, porque todo aquel que iba al ruco, porque le gustaba ir allá, a estar cerca de Dios. Agradecer por todo lo que Cristina nos deja”.
Su sobrina, Fabiola Squella Correa compartió una divertida historia de su tía, quien también fue su madrina de confirmación cuando ella tenía 10 años.
“Yo la elegí, quería que la Mené (nosotros le decimos así en la familia) fuera mi madrina de confirmación, porque los de bautismo te los elijen, pero los de confirmación tú los eliges de corazón (…) La última vez que vi a la Mené fue hace como un mes, que fui con mi hermana Silvita, y nos dijo ‘siempre digan Señor mío y Dios mío’, y ella a nosotras y a todos ustedes nos mostró el rostro de Dios”.
Muchos otros testimonios se pudieron escuchar en este día, muchos lindos recuerdos de esta mujer humilde, sencilla y que dejó grandes enseñanzas a los que la conocieron.
Por otra parte, antes de finalizar la misa funeral sus amigos del Instituto de Educación Rural le dedicaron una canción que sin duda emocionó a todos los presentes, y posteriormente el padre Sergio Diaz entregó la bendición.
Desde ese momento, María Cristina Correa fue llevada en caravana hasta el cementerio de Villa Prat.