Esta parroquia de Talca Ciudad, celebró el pasado domingo 28 de agosto su fiesta patronal, con una misa a las 12:00 horas, donde además se bendijo la nueva capilla del Santísimo.
La Eucaristía fue presidida por el obispo de la diócesis, el padre Galo Fernández Villaseca, y concelebrada por el padre José Guzmán, administrador parroquial de la parroquia San Agustín.
En su homilía nuestro pastor diocesano destacó la importancia de los textos del día, donde el que sabe vivir con humildad vive mejor.
“La humildad se pone como un tesoro de la humanidad, y por el contrario la soberbia es el peor de los males, el mal del soberbio no se cura con nada, es como una planta maligna que se enquista en el corazón y es difícil sacarla, así lo experimentamos. Cuando nos entra la soberbia que difícil es sacarla, y cuando nos encontramos con personas que viven compitiendo en todo momento al final se vuelve insoportable vivir”.
“No busques la recompensa de este mundo, sino la recompensa que viene de Dios. Celebramos la Eucaristía dejándonos tocar por esta invitación a vivir con la humildad que sana las relaciones humanas”.
De igual forma, monseñor Fernández aseveró que San Agustín se inclinó también por el camino de la misericordia, sin separar el mundo entre buenos y malos y pidió por el futuro de nuestra patria.
“Pedimos por nuestro país, que no queremos que se divida en los de un sector u otro, sino que busquemos caminos que realmente logren la integración de las diversas visiones que buscan un Chile mejor, más justo y fraterno. Rezamos particularmente en esta semana por el discernimiento que cada uno debe hacer y que lo hagamos de tal manera que aprendamos a integrar las visiones distintas”.
Luego de la comunión, el obispo junto al padre José Guzmán se dirigieron hasta la nueva capilla del Santísimo, a un costado del templo parroquial para bendecir este espacio que se había perdido en el terremoto del 2010, y entregar la bendición final a todos los presentes.