Desde marzo la Vicaría de Pastoral Juvenil (VPJ) cuenta con un nuevo vicario que estará guiando y coordinando el trabajo pastoral de los jóvenes. El joven sacerdote asume este nuevo servicio con mucha gratitud.
En entrevista el padre Rodrigo Molina nos mencionó que sabe que la VPJ es un gran desafío, el cual requiere mucha creatividad y claridad para ayudar a los jóvenes a vivir su fe en el mundo actual.
“Sin duda que es un tremendo desafío, porque la Pastoral Juvenil de la diócesis implica varias comisiones, tiene una estructura grande, entonces sin duda que un gran desafío y más aún es un desafío sobre todo el mundo juvenil con todas sus búsquedas, con todo el horizonte que les toca vivir, entonces es un desafío grande. Pero también lo asumo con mucha alegría, la verdad que estoy muy contento, agradecido en primera instancia de que la Iglesia de Talca, el obispo me pida esta tarea y también sobre todo confiando en Dios, que me ayude a acompañar a iluminar, a guiar al mundo juvenil de nuestra diócesis, a vivir la fe en los jóvenes”.
Comenta que en los pocos días que lleva en este nuevo servicio, ya ha podido conversar con los jóvenes y algunas comisiones: “He podido conversar con algunos de ellos, con algunas comisiones, también he podido conversar con el coordinador diocesano de los jóvenes, Manuel Oyarce, entonces de a poquito he ido conociendo esta realidad juvenil, si bien de una u otra forma uno la conoce, pero es distinto estar con la mente adentro de la VPJ. Entonces sí he podido estar con ellos, conversar algunas cosas y sin duda es continuar una misión que ya se ha ido realizando por muchos años y también pedirle al Señor la gracia de seguir creciendo, de seguir avanzando en esta tarea”.
En este sentido, agradeció la entrega y la dedicación que tuvieron durante cinco años en la VPJ, Esteban Salas y Rebeca Contreras, y el consejo más valioso que tomó de ellos, es escuchar a los jóvenes, acompañarlos y compartir con ellos.
Por último, el nuevo vicario de la VPJ le pide a Dios que lo ayude y lo ilumine en este camino que apenas empieza.
“Tenemos como desafío que la gran mayoría de los jóvenes en general están en los colegios y claro no participan tanto de las parroquias, entonces sin duda, ahí tenemos un desafío de cómo vincular los jóvenes de los colegios a la vida de la Iglesia, y también como la pastoral juvenil le ofrece un espacio, que cada vez más se sientan parte de la Iglesia, que forman parte de su parroquia”.