Este miércoles 20 de marzo, el Santuario de San Sebastián de Talca, ubicado a los pies del cerro, recibió durante todo el día a decenas de fieles que llegaron a agradecerle al santo por los favores concedidos, a pesar de las lluvias.
La última misa de la jornada se celebró a las 20:00 horas y fue presidida por el obispo de la Diócesis de Talca, el padre Galo Fernández Villaseca, y concelebrada por el padre Rodrigo Arriagada Mora, Vicario de Talca Ciudad, y el padre Rodrigo Molina.
Luego de las lecturas del día, nuestro pastor expresó en su homilía que “alguien podría pensar que es tan poco lo que conocemos de la vida de San Sebastián, que lo natural sería que hubiese caído en el olvido, pero lo que sabemos es tan consistente y nos conmueve tan profundamente que por algo estamos aquí, y es porque nos muestra algo esencial algo de nuestra vida, y de nuestra vida de fe, y es que estamos sometidos a la prueba”.
“La palabra mártir significa testigo, sabemos bien que con la palabra mártir entendemos alguien que ha sufrido, pero la fuerza está en que en el sufrimiento manifiesta la profundidad de su fe, es testigo de Jesucristo porque no renegó de su nombre aun en medio de la peor dificultad, del peor atropello, del peor desprecio, y por eso lo contemplamos, y nos acercamos a él (San Sebastián) para pedir que encienda en nosotros también la llama de la fe”, agregó el obispo.
Por último, monseñor Fernández hizo una petición al Señor y a San Sebastián para que nos alivien de las dificultades, de la violencia que acedia nuestras poblaciones, que nos libere de las enfermedades que dañan nuestra vida y la de nuestros familiares, entre otras cosas.
“Queremos decir aparta de mi este cáliz de sufrimiento, pero con Sebastián no renegamos, nos mantenemos sostenidos en la fe, para decir igual que Jesús, “pero que no se haga mi voluntad sino la tuya”, ahí está la fuerza de la fe, la fidelidad de Sebastián al camino cristiano”.
La celebración Eucarística finalizó con el traslado de la imagen de San Sebastián a la gruta en la que permanece el resto del año, y con un fuerte ¡Viva San Sebastián!, por parte de todos los peregrinos presentes en esta tradicional fiesta.