El sábado 23 de marzo, en el Instituto Santa Marta de Curicó se realizó la Asamblea Diocesana 2024, para dar inicio oficial a nuestro año pastoral, conversando sobre la misión que tenemos como cristianos y como Iglesia.
Centenares de agentes pastorales se dieron cita desde muy temprano en el gimnasio del Instituto Santa Marta de Curicó, para ser parte de esta actividad que inició con una oración a cargo de los equipos de Espiritualidad y del equipo de Animación Bíblica de nuestra diócesis.
Seguidamente, se presentó un video resumen con los hechos más relevantes del año pastoral que terminó robándose unos cuantos aplausos de las comunidades al recordar momentos significativos. Además, se presentó el libro “La historia de fe de la Iglesia que peregrina en Talca y Curicó”, libro que recoge la historia de nuestras parroquias rumbo al centenario de la Diócesis de Talca, y que se encontraba recorriendo las zonas de Curicó Ciudad y Curicó Rural.
Luego, el padre Cristian Avendaño Becerra, Vicario Pastoral entregó un saludo de bienvenida y presentó el proyecto pastoral diocesano.
“Uno de los objetivos que buscamos siempre en la Asamblea Diocesana es comenzar nuestro año pastoral, primero agradeciendo lo que vamos haciendo juntos, porque juntos hemos construido y vamos construyendo nuestra vida diocesana, con mayor con menor participación, cosas más logradas o menos logradas, pero la idea siempre está presente de que vamos construyendo juntos nuestro proyecto pastoral”.
“La idea de esta presentación es que todos los que estamos aquí podamos transmitir esto a los demás. La Diócesis de Talca tiene un horizonte, sí lo tiene, para dónde vamos caminando juntos, qué es lo que hemos ido avanzando juntos y qué es lo que hemos ido proyectando para más adelante, aquí los vamos a presentar”, agregó el vicario.
Ser una Iglesia sinodal en salida, en misión
Como es tradicional en la Asamblea Diocesana, nuestro obispo, el padre Galo Fernández Villaseca, se dirigió a los agentes pastorales para seguir este proceso que hemos vivido como Iglesia, y cómo continuar caminando juntos.
“Qué tenemos en común, qué nos une, la experiencia de haber conocido al Señor Jesús, la experiencia más preciosa de nuestra vida, el tesoro que nos ofrecieron muchas veces nuestros padres, abuelos, u otras personas, pero una experiencia esplendorosa, haber conocido a Jesús es lo mejor que nos ha sucedido en nuestras vidas (…) Haber conocido a Jesús, es conocer el amor de Dios, haber conocido en Jesús el amor que Dios nos tiene nos ayuda a descubrir quiénes somos, eso es lo que nos une”.
“Por eso nos hemos puesto tan firmes en estas tres coordenadas del caminar de Iglesia, que la fe en Jesús es lo primero, sin ello todo el resto se desmorona, pierde sentido (…) la tercera coordenada de nuestro caminar pastoral, la misión, tiene que ejercitarse con fuerza. Somos una Iglesia misionera o no somos la comunidad de los discípulos de Jesús, porque Jesús los llamó para que estuvieran con él, y para enviarlos a predicar”.
“Tenemos que fortalecer nuestra misión, que todo en nuestra vida pastoral tenga algo misionero (…) que en todo momento intentemos escuchar las búsquedas, tenemos que estar con el oído atento a lo que suena en el corazón de los hombres y mujeres que estamos”, agregó nuestro pastor diocesano.
Continuando con este tema, se invitó a todos los presentes a realizar un trabajo en comunidad, para conversar sobre la pregunta ‘A partir de nuestra realidad e iluminados por el Espíritu Santo, ¿cómo podemos seguir siendo una Iglesia Sinodal en misión?’. Respuestas que fueron plasmadas en un formulario de forma online.
Culminado este momento, los agentes pastorales pudieron disfrutar de un break y del tradicional y rico pan de huevo, y así mismo visitar la feria que se disponía en el patio del colegio.
Agradecidos con nuestros hermanos
Una vez de vuelta en el gimnasio, se presentaron los resultados de las respuestas del trabajo en comunidad, y seguidamente se le entregó la Cruz de la Diócesis por su testimonio de discípulos misioneros a la Hermana Mary T, a Iván Caamaño y a Jaqueline Aliaga.
También el obispo Galo Fernández les dio la bienvenida a los nuevos religiosos y religiosas que se integran este año a la diócesis, y a los que vuelven luego de un tiempo ausentes. Y se le hizo un agradecimiento especial a Esteban Salas y Rebeca Contreras, por culminar su servicio en la Vicaría de Pastoral Juvenil luego de 5 años.
Además, se presentó al padre Rodrigo Molina como nuevo Vicario de la VPJ, y a los padres Rodrigo Arriagada y Luis Alarcón como vicarios de Talca Ciudad y Curicó, respectivamente.
Ya como momentos finales de la Asamblea Diocesana, se realizó la oración final, donde a cada persona se le entregó un frasquito con sal, los cuales bendijo el obispo, esto como signo de que la sal no se corrompe, y del compromiso que tenemos en nuestras vidas con la misión de Jesús.
Antes de la bendición final, el Consejo Zonal de Curicó Unido hizo entrega del libro que recoge toda la historia de nuestra diócesis que camina hacia los 100 años, al Consejo Zonal de Talca Ciudad para que continúe su peregrinar por las parroquias.
La Asamblea Diocesana culminó con la bendición por parte de nuestro obispo, el agradecimiento a todos quienes apoyaron esta actividad, y los cantos del coro de Teno, que acompañaron toda la jornada.
