Este lunes 23 de junio la Curia de la Diócesis de Talca celebró su Jubileo de la Esperanza, con una peregrinación hasta el Santuario de Nuestra Señora de Las Mercedes de Limávida, uno de los 4 templos jubilares de nuestra diócesis.
La actividad comenzó con un desayuno de bienvenida para los trabajadores del Obispado de Talca y del Centro Pastoral de Curicó, y seguidamente empezaron su peregrinar antes de la entrada del Santuario. Conforme iban a avanzando en su caminar rezaron un rosario entregando sus peticiones al Señor, por la paz en el mundo, por nuestra Iglesia diocesana, por las comunidades, entre otras cosas.
Se culminó la peregrinación y la Curia Diocesana pudo ingresar por la puerta santa de este templo jubilar, donde se celebró la Eucaristía, la cual fue presidida por el Vicario General y Moderador de la Curia, el padre Nelson Chávez Díaz.
El vicario comenzó su homilía resaltando la belleza de las lecturas del día: “Esta lectura de hoy del libro del Génesis nos ofrece el comienzo de la historia de Abraham. Casi el comienzo, porque la historia de Abraham comienza antes. Aquí solo se narra que Dios le pide, le revela que tiene que dejar su tierra y la casa de su padre. Le hace una promesa que va a ser de él una gran nación y Abraham parte con su señora y con su sobrino”.
“Yo pienso que también nosotros nos parecemos mucho a Abraham, cada uno de los que estamos aquí hemos escuchado ciertamente la voz del Señor. Muchas veces. También como Abraham somos peregrinos. El camino de la vida es un peregrinar permanente hasta la tierra prometida. Que son esas habitaciones que nos tiene preparado el Señor después de la muerte. Mientras tanto caminamos como peregrinos en la esperanza”.
Así mismo, el padre Nelson Chávez recordó al obispo Manuel Larraín con una carta que escribió para una celebración de Pentecostés en el año 50, y quiso compartir un fragmento de ella.
“Esta carta se llama ‘La plenitud de la ley’, en donde aborda, traducido en términos modernos, el problema de las relaciones humanas. Y comenta justamente este pasaje del Evangelio de hoy, de Mateo 7, donde Jesús les pide a sus discípulos no juzguen. Don Manuel en esa carta invitaba a sus fieles del año 50 y también nos invita cada uno de nosotros en este 2025 a no realizar juicios temerarios, a no sospechar de nuestros hermanos, que no sea el rigor y la incomprensión de la situación del hermano motivo para herir la caridad. Porque la caridad no piensa mal. Si estuviésemos realmente impregnados del amor de Dios, como dice la carta a los Corintios que él cita, la caridad y el amor, una persona inspirada por el amor de Dios nunca pensaría mal de otro. Apartar de nosotros, dice don Manuel el espíritu de malignidad que nace del orgullo y que nos hace amplificar las faltas de nuestros hermanos”.
Por último el Moderador de la Curia invitó a reflexionar a los presentes sobre esto, porque cuando juzgamos al hermano sustituimos a Dios, y es mejor mirar nuestras propias fallas primeros para mejorarlas y ser mejores cristianos, un trabajo que se hace de forma personal, pero también de forma comunitaria.
Culminada la celebración eucarística, los trabajadores del obispado plantaron un árbol nativo en los alrededores del Santuario, como signo de vida y esperanza, con él dejar un recuerdo de este Jubileo de la Curia Diocesana.
El encuentro finalizó con un almuerzo ameno y una foto grupal que quedará para la memoria.
