Cerca de 8 millones de pesos implicó construir este hermoso salón que está al servicio de toda la comunidad y vecinos del sector.
La bendición se llevó a cabo el domingo 2 de noviembre, tras la eucaristía presidida por el obispo Galo Fernández en la capilla Jesús Maestro, ubicada en 5 Norte con 35 Oriente en Talca, y que pertenece a la parroquia Sagrada Familia.
En la oportunidad nuestro pastor destacó este logro del nuevo salón, dando gracias a todos los que han colaborado con esta iniciativa: “Me encantó el diseño, uno prácticamente no se da cuenta qué era lo nuevo y qué era lo antiguo. Se nota que hay un trabajo muy en comunión con el estilo que tiene este lugar. Pedimos al Padre bueno que quede bajo su protección este salón que será destinado principalmente para la catequesis”.
María Alina Quintero, coordinadora de la comunidad Jesús Maestro junto a su esposo Jorge Muñoz, expresó su alegría por este nuevo inmueble.
“Tenemos la gracia de contar con una comunidad muy generosa, esto comenzó cuando notamos ya que había bastantes niños preparándose en la catequesis, cerca de 80 niños y niñas de primero y segundo año; ellos tenían que turnarse entre el salón y el velatorio. Entonces, decidimos empezar una campaña por el salón donde toda la gente generosamente respondió y pudimos lograr lo que ahora estamos bendiciendo”.
Un aspecto valorable es que este salón está disponible para diversas organizaciones del sector, así lo mencionó el diácono Jorge Muñoz.
“Nuestro orgullo como comunidad es que acogemos a las tres juntas de vecinos adyacentes a este templo. Nuestros hermanos del Opus Dei también ocupan semanalmente este salón. También tenemos un grupo de adultos mayores que ha crecido con nosotros, y todos los vecinos que quieran reunirse acá tienen este salón a disposición de ellos”.
“La generosidad fue tremenda. Hay tres empresas constructoras que nos donaron todo el material y nosotros hicimos una campaña económica para financiar la mano de obra de este salón, gracias a Dios no le debemos un peso a nadie. Así que estamos orgullosos por eso. Tras una serie de gestiones pagamos cerca de 8 millones de pesos, y fue un ahorro tremendo. Damos gracias por la generosidad del constructor que lo hizo bien, lo hizo barato y lo hizo bonito”, agregó Jorge Muñoz.
La bendición de este salón concluyó con un ameno compartir comunitario en el jardín del templo.