Queridas hermanas y hermanos, ministros enviados, religiosas, diáconos y sacerdotes: gracias por su preocupación y cercanía en estos días hermosos y difíciles a la vez.
Hace unos minutos hemos concluido nuestros encuentros con el Papa. Es el primer momento de un tiempo de gracia que nos ha regalado el Señor junto a Pedro.
Es el primer paso de un largo camino de conversión que, personalmente y como Iglesia, necesitamos iniciar con urgencia y en espíritu de fe y esperanza.
En plena disponibilidad al Santo Padre seguiremos caminando juntos como su obispo hasta que la voluntad del Señor diga otra cosa.
Gracias por el cariño y la intensa oración de estos días. Esto le ha dado hondura y fuerza al discernimiento; esto ha hecho posible un encuentro pleno de riqueza, de apertura y de generosidad para la obra del Espíritu Santo que nos adelantó su presencia en este Pentecostés junto al Papa Francisco.
Muchas bendiciones a todos, mucha gratitud por tantas expresiones de cariño y mucha esperanza porque el Señor camina con nosotros.
La Madre del Señor nos cuide y cobije a todos.
Mons. Horacio Valenzuela Abarca
Obispo de Talca
Roma, 17 de mayo de 2018