Treinta jóvenes se reunieron en la localidad de San Clemente, sector cercano a la ciudad de Talca, durante los días 18, 19, 20 y 21 de julio para vivir en fraternidad y como hermanos la Misión Juvenil Franciscana de invierno, que como todos los años nos junta con la finalidad de ayudar al más necesitado y ver el rostro de Cristo en él, tal como lo hizo San Francisco de Asís y San Alberto Hurtado.
Durante el primer día de misión, los jóvenes se dedicaron a su formación personal y comunitaria para comenzar a proclamar la palabra de Dios a la gente del sector de la Villa Arcoíris de la parroquia de San Clemente, lugar bastante vulnerable y pequeño con alrededor de 100 casas.
A su vez, un grupo de jóvenes, en paralelo a la formación, se encontraban descargando del camión una casita de madera prefabricada, que en colaboración con la municipalidad, se decidió construir en el sector de San Manuel, donde se encontraba una familia de escasos recursos constituida por tres integrantes: el dueño de casa, quien es trabajador agrícola de temporada, la dueña de casa y que se encuentra con un cáncer avanzado y su hija adolescente de 15 años.
Durante el segundo y tercer día, los jóvenes se dedicaron al trabajo social y con la comunidad, sin dejar de lado en ningún momento la oración y la adoración eucarística, que recarga el alma y el corazón misionero para seguir adelante.
Tuvimos el privilegio de trabajar puerta a puerta para conocer a la gente del sector y compartir con ellos la fe y experiencias de vida que nos hacen crecer como jóvenes, cristianos, franciscanos y misioneros, además de visitar a los ancianos del Hogar San Juan Apóstol y participar durante el viernes en la tarde infantil con los niños del sector.
Por otro lado, los Jóvenes Misioneros Franciscanos de Curicó se reunieron con los jóvenes de la comunidad de San Clemente a quienes acompañaron durante la formación del sábado en la tarde donde se trató el tema, importante y actual, de la vocación a una vida mejor y de la capacidad de tomar decisiones serias y buenas para el futuro. Se analizó la vida de San Francisco de Asís y cómo supo encontrar a Dios en los acontecimientos diarios de su vida. Se habló también de la capacidad de decir sí al Señor que siempre llama. La belleza de vivir la vida como peregrinos, con una meta precisa y no ser vagabundos y caminar sin rumbo y sentido. Se finalizó la formación presentando los riesgos que los adolescentes pueden encontrar en sus vidas y de cómo enfrentarlos y superarlos. Los jóvenes misioneros franciscanos con los jóvenes anfitriones vivieron juntos la celebración y premiación de la semana parroquiana de San Clemente, donde se realizaron variadas actividades de aniversario que logran reunir alrededor de 200 jóvenes de la localidad, se pudieron compartir experiencias de vida juvenil y crear lazos de fraternidad en torno a la fe.
Finalmente, y terminando la misión de invierno, se realizó una misa de despedida en la Capilla de la Villa Arcoíris el sábado; y el domingo en la Parroquia de San Clemente, donde presentamos el lienzo que nos acompañó durante esta experiencia misionera y que marca el corazón de cada uno de nuestros jóvenes como un recuerdo imborrable y que hace de cada experiencia una única y siempre con el sello de que Con Francisco: anunciamos a Jesús.
Paz y Bien
Fuente: Parroquia Jesús de Nazaret de Curicó