La campaña de reconstrucción del templo se llevó a cabo los últimos seis años, tras los daños ocasionados en la antigua iglesia en el terremoto de febrero de 2010.
La bendición se celebró el sábado 10 de agosto siendo presidida por el obispo Galo Fernández Villaseca, Administrador Apostólico de Talca, y concelebrada por el párroco de Maule, padre Roberto Toro Palma, junto a diáconos, ministros enviados y toda la comunidad local de Santa Rosa de Lavaderos.
En el frontis de la capilla P. Alberto Hurtado se dio inicio a la actividad, momento en que el obispo bendijo el agua y a continuación dio la bendición a las paredes del templo mientras los fieles hacían ingreso a él.
“Construir esta capilla ha sido fruto del esfuerzo de muchos. Aquí muchos han sembrado, sembrado de sus recursos, de su tiempo, de su trabajo, de su cariño. El evangelio dice que el que siembra con generosidad va a cosechar mucho”, manifestó el padre Galo.
“El texto de hoy señala que si el trigo no muere no da fruto, y pienso en los que contribuyeron para la reconstrucción de esta capilla y ya no están con nosotros. La han dejado para que las generaciones que vienen puedan tener un espacio donde escuchar la palabra del Señor, donde cultivar la fe”, aseveró nuestro pastor diocesano.
Y añadió: “Ustedes han construido sobre lo que otros construyeron en otro tiempo, y que perduró por muchos años permitiendo que muchos celebraran los misterios de Dios. Ese templo destruido por el terremoto fue el desafío para que una nueva comunidad se la jugara, se esforzara y tuviéramos ahora este lugar”.
A continuación se revistió el altar y en el momento del ofertorio se presentaron herramientas de trabajo utilizadas en la reconstrucción del templo, fotografías de la antigua y la actual capilla, recuerdos que serían entregadas al finalizar la Eucaristía, además del pan y el vino.
Tras la comunión se hizo entrega de obsequios, para concluir con la bendición final del obispo Fernández. Seguidamente, se ofreció un pie de cueca en la explanada de la capilla P. Alberto Hurtado y todos fueron invitados a un compartir comunitario.