El pasado miércoles 26 de febrero, se dio inicio al tiempo de Cuaresma con la celebración en el templo Catedral de Talca del Miércoles de Ceniza, donde asistieron decenas de personas de toda la ciudad.
Esta celebración que da paso a un tiempo de reflexión antes de la Semana Santa, estuvo presidida por el Administrador Apostólico de la diócesis, el padre Galo Fernández Villaseca e inició a eso de las 20:00 horas. Para la ocasión el obispo indicó que con el gesto sencillo de imponer las cenizas que se obtienen de los ramos del año anterior, se expresa la memoria de la pascua pasada y nos prepara para la conmemoración de la Pasión de Cristo.
“Con el gesto también se expresa la incongruencia nuestra, de ese pueblo fiel que aclamó a Jesucristo pero que finalmente también lo crucifica, nosotros también a lo largo de nuestra vida tenemos esta contradicción vital. Yo mismo lo digo en primer lugar, queremos reconocer a Jesús como Señor y Salvador, pero en la práctica a veces fallamos. Por eso los ramos son quemados, el fuego es signo de purificación, que consume nuestras inconsistencias y solo quedan las cenizas”.
Por otra parte, aseveró que “el tiempo de Cuaresma pone el acento en realizar nuestra vida, en invitar a examinarnos, pero al mismo tiempo pone el acento en la misericordia que se ofrece, que inútil sería examinarse con rigurosidad para terminar amargado y afligido. Es la riqueza de ser cristianos (…) el cristiano tiene esa riqueza de poder examinar su vida con honestidad, reconocer el peso de nuestra falta, pero no quedar ahogado en la culpa, porque esta culpa mereció un gran reducto”.
“De allí que la Cuaresma sea ayuno, penitencia, pero ante todo sea oración y escucha de la Palabra de Dios. Palabra de Dios que por una parte nos ayuda a reconocer la verdad de nuestro pecado, pero por otro lado nos ilumina, nos da pista para reiniciar nuestro camino”.
A su vez el obispo Fernández hizo una invitación a iniciar este tiempo de Cuaresma de una manera sincera, teniendo en cuenta lo que estamos viviendo como país: “Que importante es preguntarnos a cada uno nuestra cuota de responsabilidad en lo que estamos viviendo (…) Siento que es muy necesaria esta parte, siento que Chile no va a cambiar, mientras no cambiemos nosotros, mientras no cambie nuestro corazón, este tiempo de Cuaresma nos invita a eso: Ayuno, limosna y oración, tres cosas que se reclaman mutuamente. Ayuno que significa ejercitar la voluntad, desprenderse de lo superfluo, reconocer que en realidad necesitamos menos cosas, necesitamos más fe, más amor y más de Dios”.
Una vez finalizada su homilía, el padre Galo Fernández bendijo el agua y las cenizas que posteriormente fueron impuestas a los fieles que asistieron a esta celebración, acompañada por la frase “polvo eres y en polvo te convertirás”.
La misa culminó con la fuerte invitación por parte de nuestro pastor de vivir este tiempo de Cuaresma buscando en lo más profundo de nuestros corazones cómo ser mejores cristianos en los tiempos en que vivimos.