Ordenación Curicó, sábado 9 de agosto
1.- Jorge Ricardo Abarzúa Vásquez. Nació el 31 de mayo de 1969. Está casado con Patricia Jofré hace 33 años y tienen una hija. Es funcionario de carabineros en retiro y hace 14 años que es ministro enviado, empezando este servicio en la iglesia La Merced de Curicó. Actualmente es agente pastoral de la parroquia Santísima Trinidad, estando a cargo de las comunidades de Los Guindos y Santa Teresita. Además, junto a su esposa es delegado de la Pastoral de Movilidad Humana en las Zonas de Curicó y la Costa, trabajando con migrantes.
El P. Patricio Espinoza lo invitó a ser parte del proceso diaconal, del cual destaca como un tiempo de crecimiento: “Sobre todo tiene la riqueza que uno va descubriendo el llamado que hace Dios, y a la vez uno busca respuestas a ese llamado”.
Como devoto de la Virgen María, el lema que lo inspira en su servicio es el pasaje de Juan: “Hagan todo lo que él les diga”.
2.- Rolando René Alcázar Concha. Nació el 22 de diciembre de 1954, es soltero y de profesión profesor de educación básica. Además, tiene el título de consejero vocacional y educacional de la UCM. Hace 17 años es ministro enviado de la parroquia Jesús Obrero de Curicó.
Desde joven estuvo vinculado al quehacer católico. En el año 2000 trabajaba en el DAEM de Empedrado y conoció la experiencia pastoral de unas religiosas, tras esto ingresó al Seminario San Pablo de Rauquén en el que permaneció tres años.
Luego realizó un intenso trabajo en la Pastoral Juvenil siendo asesor. Siempre ha mantenido un fuerte vínculo con el mundo educacional. Reconoce que fue una sorpresa ser invitado a prepararse para el diaconado. Al comenzar la formación se puso en las manos de Jesús diciendo: “Señor, tú sabes que te amo. Haz de mí lo que tú quieras. Eso es como una especie de lema inspirador para mi servicio”.
3.- Luis Javier Daza Herrera. Nació el 2 de mayo de 1967. Está casado con Sofía Pino y tienen dos hijos. Laboralmente está dedicado a la apicultura. Pertenece a la parroquia de Hualañé, particularmente a la comunidad del santuario de Nuestra Señora de las Mercedes de Limávida. Es ministro enviado desde el 3 de octubre de 1999.
Desde joven ha participado en la Iglesia, estando atento a las diversas necesidades de su comunidad por lo que ha efectuado diversos servicios. A partir de esta ordenación diaconal espera seguir con más ahínco en su cariño a la Iglesia.
“El Señor es mi pastor, nada me habrá de faltar” es el lema que lo ha acompañado toda su vida y espera que continúe del mismo modo. Expresa Javier Daza: “Siento que el Señor siempre me acompaña, me da las fuerzas para levantarme en la mañana. Junto al Señor nada me falta”.
4.- Jorge Hernán Espinoza Olmedo. Nació el 10 de junio de 1960. Hace 40 años que está casado con Teresa Valdés y tienen dos hijas, y siete nietos. Participa en la parroquia Sagrada Familia de Curicó Rural, siendo ministro enviado desde noviembre 2002. En su servicio parroquial ha sido catequista como papá guía, en la preparación al bautismo, y diversas celebraciones litúrgicas que le piden en las comunidades.
Dice que su párroco, el padre Andrés Pérez, le pidió prepararse como candidato al diaconado. Estos dos años de formación también han sido de discernimiento, aunque reconoce que le costó en especial al principio, pero menciona que se fue adaptando y con esfuerzo llegó al final de la formación, dando gracias a Dios y a su familia por haberlo acompañado. “Mis hijas y mi señora han sido mi puntal y cable a tierra en este caminar al diaconado”, sentencia Jorge Espinoza.
5.- Richard Hernán González Flores. Nació el 20 de mayo de 1973. Casado con Virginia Herrera, tienen cuatro hijos y dos nietos. Trabaja en la recepción de un centro kinésico. Hace 12 años fue enviado como ministro de la parroquia Cristo Resucitado de Curicó. Fue papá guía de catequesis con su esposa. Además, le correspondió acompañar a la naciente comunidad San Marcos.
Richard valora mucho este momento de la ordenación por el cual pasará a ser parte del clero, todo esto de la mano del exhaustivo proceso formativo: “Fue una muy buena entrega y aprendizaje. Nunca pensé que iba a ser seleccionado hasta que el obispo me llamó. Ha sido una alegría muy grande”. Y agrega: “Jesús echa las redes donde él quiere, no donde queremos nosotros. Eso me inspira y marca el servicio pastoral que proseguiré haciendo con la comunidad”.
6.- Julio Hernán Maldonado Ahumada. Nació el 22 de julio de 1966. Tiene 35 años de matrimonio con Ximena Riquelme, y tienen dos hijos y dos nietos. Pertenece a la parroquia de Hualañé. Comenzó su cariño a la Iglesia en la comunidad de Espinalillo, a la que acudía con su mamá, quien les inculcó fe junto a sus hermanos. Desde la participación en la catequesis con sus hijas fue más cercano el vínculo con la parroquia.
El padre Ricardo Varas le propuso a su comunidad de Espinalillo que se preparara al ministerio enviado, servicio en el que lleva más de 20 años. Julio recalca que ser parte del proceso al diaconado ha sido un verdadero regalo de Dios: “Uno siempre encuentra que no está preparado para esto. Si esto no se daba igual yo iba a seguir trabajando y sirviendo en todo lo que se pueda. Desde lo poco que podemos entregar nuestra misión es evangelizar y estar con la gente”.
7.- Mario Antonio Muñoz Palacios. Nació el 26 de octubre de 1960. Está casado con Cecilia Parra hace 37 años, tienen una hija y dos hijos, además de dos nietos. Su vínculo con la Iglesia viene desde mediados de los años ’70, en grupos como el MOANI en la parroquia Cristo Resucitado, comunidad Los Aromos. Hace 21 años es ministro enviado, desde el tiempo que estaba en la parroquia San Juan Bautista junto al padre Ángel Lago.
En la actualidad Mario Muñoz participa en la parroquia El Rosario de Curicó, y su párroco, el padre Víctor Rojas, le pidió integrarse a la formación para el diaconado. Su anhelo es seguir sirviendo y acompañando personas, fundamentalmente en las periferias, tal como lo indicaba el Papa Francisco, “son realidades que están tan cerca de nosotros que muchas veces no nos damos cuenta de ellas, como los ancianos, los migrantes”, señaló Mario. También este nuevo diácono forma parte del equipo de espiritualidad de la Zona Curicó.
8.- Guillermo Segundo Silva Rojas. Nació el 07 de agosto de 1959. Está casado con Patricia Núñez, tienen cuatro hijos y ocho nietos. Toda su vida se ha dedicado a labores agrícolas en el sector de Guaico 2 de la parroquia Nuestra Señora del Pilar de Romeral. Tiene más de 21 años en el servicio de ministro enviado.
Partió desde joven en un grupo juvenil de la comunidad, en el que conoció a su esposa. Ya casados les tocó acompañar la catequesis prematrimonial, en los tiempos del P. Luis Letsch. Hace un tiempo fue invitado al proceso diaconal por el padre Juan Carlos Roco, una decisión que le costó tomar en familia, pero aceptaron. “Dar este paso es una vocación en el sentido de un servicio con la Iglesia, con la comunidad. Es para toda la vida. Mi esperanza es seguir de la mano del Señor, con la gente, porque esto es un regalo para todos, así lo siento verdaderamente”, indicó Guillermo Silva.
9.- Manuel Pedro Valenzuela Muñoz. Nació el 30 de julio de 1962. Está casado con Luisa Reyes y tienen dos hijas. Es parte de la parroquia El Rosario de Curicó en la que ha sido ministro enviado por ocho años. Su relación con la Iglesia comenzó en la comunidad San Pablo, parroquia San Sebastián de Talca, cuando se preparó a la primera comunión, continuando como ACN, animador de confirmación. Estuvo seis años en el Seminario San Pablo de Rauquén. Manuel es profesor de enseñanza básica, impartiendo la asignatura de religión. Actualmente es inspector del colegio Simón Bolívar de Sarmiento.
En el año 2000 se integra al equipo de misioneros de la parroquia El Rosario, que coordinaba el P. Óscar Pacheco, y desde ahí ha participado en varios servicios. “Por una parte hay miedos, pero por sobre todo esperanza. Ser diácono es ser servidor, y uno se pregunta qué es lo que quiere el Señor. Habiendo tantos desafíos en la Iglesia veo este paso con mucha esperanza”, reconoce Manuel Valenzuela.
Ordenación Talca, domingo 10 de agosto
1.- Rafael Gonzalo Berríos Aguilera. Nació el 03 de junio de 1971. Hace 30 años contrajo matrimonio con Érika González y tienen dos hijos y dos hijas. Ha estado vinculado a la comunidad de Lo Figueroa de la parroquia de Pencahue por muchos años, y también está a cargo de la comunidad de Los Cristales. Desde que comenzó a prepararse para la confirmación ha estado ligado a la Iglesia a través de grupo juveniles, junto con acompañar a grupos de adultos mayores. Como ministro enviado ya cumplió 20 años.
Tras conversarlo bien con su familia dijo sí a la preparación para el orden diaconal, lo que ha sido considerado como un regalo para todos ellos. Prepararse para esto ha llevado consigo mucho aprendizaje, pero valora ante todo estar con su esposa en los dos años de formación. “Siempre he estado rezando al Señor para salir bien con todo esto”, destaca Gonzalo Berríos y añade: “Como lema escogí el texto de Samuel: “Habla Señor, que tu siervo escucha’, es importante para mí ya que este llamado al diaconado lo recibí con miedo e incertidumbre, pero con la gracia de Dios decidimos dar este paso”.
2.- Segundo Eugenio Cáceres Castillo. Nació el 08 de enero de 1973. Está casado hace 24 años con Carolina Abaca y tienen dos hijas. Es ministro enviado desde el año 2017, participando en la parroquia Sagrada Familia de Talca. De profesión es trabajador social.
Su párroco, el padre José Ignacio Fernández, lo invitó a iniciar este proceso en la escuela diaconal de nuestra diócesis, llamado que ha brotado del quehacer pastoral en las diversas comunidades de su parroquia en que ha prestado servicio. En la actualidad, junto a Carolina son coordinadores de la capilla San José.
Eugenio afirma que el pasaje del evangelista Mateo: “Inmediatamente dejaron sus redes y lo siguieron”, lo identifica y lo inquieta con lo vivido este último tiempo, además que fue el versículo que escribió en el Evangelio de Chile en el año 2010, con ocasión del bicentenario de nuestro país.
3.- Juan Carlos Vicente Lizama Salfate. Nació el 21 de agosto de 1955. Su esposa es Alejandra Chocano, están casados hace 49 años y tienen un hijo y dos hijas. Es ministro enviado de la parroquia Los Doce Apóstoles desde marzo de 2014. Es jubilado de la fuerza aérea. Hace unos años la Hna. Carmen Atucha se les acercó para pedirles el servicio de ser papás guías en la comunidad Apóstol Santiago. Y después el P. Luis Alarcón los invitó a formarse para el diaconado.
Juan Carlos reconoce que la formación fue un tiempo precioso, pero difícil, pues hace años que no se sometía a estudios académicos. Sin embargo, en lo global ha sido un tiempo hermoso como familia y matrimonio para conocer más a Jesús, han crecido en la fe. Confiesa que para esta ordenación mantendrá el lema que ya usó para el envío ministerial: Amar y servir.
4.- Fernando Enrique López González. Nació el 01 de noviembre de 1952. Lleva 46 años de matrimonio con Delfina Herrera, tienen dos hijas, un hijo y dos nietos. Está jubilado, pero aún se dedica a labores administrativas en una constructora. En el año 2007 fue enviado ministro de la parroquia Espíritu Santo de Talca.
En 1990 inscribió a sus hijos para la catequesis familiar y desde ahí ha seguido ligado a su comunidad Juan Bautista. Luego fue ministro extraordinario de la comunión tras una propuesta del P. Carlos Serrano, también ha estado a cargo de la tesorería y una serie de servicios. El camino al diaconado surge tras una invitación del P. Pedro Castillo: “Aunque cada llamado lo hacen las personas, en el fondo es Dios quien llama. Cuando comenzamos la formación lo vi como algo difícil y lejano, me cuestioné si tenía la capacidad para lograrlo, pero si Dios me llamó el Espíritu Santo me dará la fuerza para esto”, destacó Fernando López. El lema que lo inspira es de Mateo: “Felices los que construyen la paz”.
5.- Sergio Víctor Martínez Leiva. Nació el 12 de diciembre de 1963. Está casado con Ester Mondaca. Su trabajo pastoral lo lleva a cabo en la parroquia San Bonifacio de Lontué, en la que es ministro enviado hace 17 años.
Comenzó su labor pastoral en la catequesis familiar, después como animador de jóvenes y actualmente celebra liturgias en ausencia del sacerdote en las diversas comunidades rurales de Lontué. Todo este trabajo ha sido bajo el acompañamiento de su párroco, el P. David Martínez. Sergio comentó que hace unos años el recordado diácono Venancio Ramírez le habló sobre prepararme para este servicio: “Lo consulté con el párroco y participé de esta formación que ha sido ya por casi tres años. Es un paso más en el seguimiento del Señor Jesús. También recordar a mi madre y a mi padre, este paso que doy es gracias a ellos, pues ellos me enseñaron la fe. Lo que espero simplemente es ser un servidor del Señor en la vida familiar, en la vida de las comunidades”, dijo Sergio Martínez.
6.- Carlos Enrique Pérez Suazo. Nació el 13 de noviembre de 1946. Está casado con Judith Rivera, tienen dos hijas y dos nietos. Hace 10 años que es ministro enviado de la parroquia San José de Pelarco, la que tiene 20 comunidades y que trata de acompañar lo más que pueda.
Cuando le propusieron la formación diaconal lo meditó bastante, lo conversó con sus hijas y esposa, pues no era una decisión fácil. Los llamados del Señor son así, dice Carlos.
“He vivido todo un proceso de formación y de discernimiento, a partir del que he quedado muy contento, me siento bien, con todas las ganas de seguir en la tarea que la Iglesia y la comunidad me encomienden”, concluyó Carlos Pérez.
7.- Carlos Humberto Romero Alarcón. Nació el 15 de mayo de 1966. Su esposa es Rosa Pezoa hace 31 años, tienen dos hijos y cuatro hijas. Tiene un pequeño negocio de impresiones y termolaminado. Es ministro enviado de la parroquia San Rafael Arcángel desde el año 2011. Ha participado en catequesis familiar, preparación a la confirmación, catequesis de bautismo, acompañando a la comunidad de Alto Pangue. Actualmente sirve en la comunidad Pangue Abajo.
Carlos enfatiza que no se sentía digno para ser diácono, pero la experiencia y palabras de los párrocos que ha tenido le hicieron aceptar la invitación a prepararse. Valora mucho la formación recibida, el haber retomado estudios, una experiencia grande. “Me alegró mucho cuando el padre Galo me llamó para informarme que recibiría este orden, me sentí muy feliz”. Para esta ordenación diaconal Carlos Romero eligió como lema: “¿Dónde iremos, Señor? ¡Solo tú tienes palabras de vida eterna!”.
8.- Ramón Eliseo Salazar Meza. Nació el 18 de abril de 1963. Tiene 34 años de matrimonio con Flor González y tienen dos hijos y tres nietos. Ramón es vendedor. Ha participado en el equipo de liturgia de su parroquia Los Doce Apóstoles por 20 años y ha sido ministro enviado desde el 2011. Acompaña con mucho cariño a la comunidad Apóstol Judas Tadeo.
Ramón confiesa que no era creyente y en algún momento su hija se motiva a prepararse para la primera comunión. Tras ir de mala gana a los encuentros de catequesis se fue enamorando de la Iglesia y del Señor: “Me quedé los dos años y al final me ofrecí para ser papá guía”. Fue una verdadera conversión. Dice que tras la formación recibida para el diaconado tiene una base más sólida para compartir la fe y la buena noticia con las personas. La frase “Tú llámame a servir” de la canción Alma Misionera es la que lo motiva en su trabajo pastoral.
9.- Mario Ramón Salinas Rojas. Nació el 10 de agosto de 1960. Está casado con Patricia Caballero y tienen una hija. Laboralmente tiene un taller de autos. Fue enviado ministro en el año 2015. Mario ha sido cursillista y presta servicio pastoral en la parroquia San Agustín de Talca. Destaca que todo este tiempo de preparación lo ha puesto en las manos del Señor, con el espíritu disponible y con mucha alegría interior.
“Cuando tú sirves y haces eso con alegría, generalmente la gente te recibe bien”, destaca el futuro diácono. Como lema para su ordenación escogió una frase de San Agustín: "La medida del amor es amar sin medida". “Para mí estás palabras son muy importantes porque dicen mucho sobre el servicio que debo prestar en la comunidad, ilumina el trabajo pastoral que viene que es servir al Señor y a los hermanos con amor”, enfatizó Mario Salinas.
10.- Luis Alberto Torres Soto. Nació el 06 de junio de 1960. Está casado con Viviana Amaro hace 37 años, tienen 3 hijas y cuatro nietos. Es mecánico de automóviles. Su acercamiento a la Iglesia se produce cuando sus hijas mayores comienzan la preparación a la primera comunión, en la comunidad Juan Bautista de la parroquia Espíritu Santo. Durante varios años participaron en la Pastoral Familiar, fueron papás guías y hasta el día de hoy junto con Viviana preparan a parejas para el sacramento del matrimonio.
Luis Torres es ministro enviado hace 18 años, y tras pedirle que se formara para el diaconado se puso en las manos de Dios: “Lo conversé con mi esposa ya que es algo para toda la vida. A través de la formación uno se da cuenta que nunca se termina de aprender. Doy gracias a los profesores que tuvimos y a mis compañeros por estos años en que nos formamos en la escuela diaconal”. “Es fundamental llegar con el mensaje del Señor a tanta gente que lo necesita, soy un agradecido de Dios por acompañar a las personas de la comunidad”, recalcó Luis.