Los migrantes podrán acceder a estas dependencias donde contarán con el servicio de las religiosas Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, quienes retornan a nuestra diócesis después de dos años.
La bendición de esta oficina emplazada en la iglesia La Merced de Curicó, se desarrolló durante la tarde del miércoles 04 de noviembre, contando con la participación de sacerdotes, integrantes de la Pastoral de Movilidad Humana (PMH), migrantes y representantes del municipio curicano.
Al dar la bienvenida, la hermana Jimena Fuentes mencionó que “la llamada del Papa Francisco nos invita a ser agentes de inclusión, que acogen, integran, protegen y acompañan de cerca a las personas migrantes, usando medios legales y eclesiales que permitan su desarrollo e integración, en este caso específico en la ciudad de Curicó y sus alrededores”.
La migración es un derecho
“Me gusta que este acto no solo sea un evento para dar visibilidad a un proyecto, sino como un acto que da cuenta de los motivos de fondo que mueve a nuestro corazón para realizar esta actividad. No es que la migración se puso de moda y en la Iglesia atinamos, nada de eso. En realidad es constitutivo para creer en el evangelio de Jesús que hay un Padre y que nos hace hermanos y que derriba los muros”, expresó el Administrador Apostólico de Talca, obispo Galo Fernández Villaseca.
“A la luz de la enseñanza de Jesús la migración es un derecho”, señaló nuestro pastor diocesano, “porque la tierra es de todos, ya no hay judíos ni gentiles, ya no hay chilenos ni haitianos, somos hijos de Dios y como Iglesia tenemos que contribuir a esto asesorando u orientando a los hermanos que vienen de otras tierras. Tenemos la tarea inmensa de incidir y decirle a la gente de Curicó en este caso, la riqueza que hay en cada persona migrante”.
Esfuerzo mancomunado
Seguidamente el obispo Galo Fernández bendijo la oficina de la Pastoral de Movilidad Humana, tras lo cual intervino Joyce Araujo, encargada diocesana de la PMH, quien dijo que esta oficina es parte de la adjudicación de un proyecto nacional con fondos de la Cuaresma de Fraternidad.
“La concreción de esta oficina es fruto del apoyo de todos: personas, organizaciones que nos han dicho en qué puedo ayudar. Los migrantes de Curicó ya tienen esta oficina para escucharlos, ayudarlos, orientarlos, pero sobre todo protegerlos”, indicó Joyce.
Previo al tradicional corte de cinta, el padre Luis Alarcón Escárate, Vicario de Pastoral Social, destacó que la Iglesia de Talca trabaja fuertemente en materia migratoria con Caritas Chile, INCAMI, Intendencia, Gobernación y Municipalidad, para poder resolver situaciones que se nos presentan a diario: “Junto al equipo de la PMH en Curicó se nos suman como asesoras las hermanas Jimena y Claudia. Este trabajo lo hemos ido aprendiendo en la diócesis, hace dos años solo existía la Fundación Madre Josefa en Talca, por eso como Pastoral Social debíamos asumir este trabajo”.
La oficina de la Pastoral de Movilidad Humana en Curicó atenderá los miércoles y jueves de 09:30 a 13:00 horas, con la guía de las hermanas Jimena Fuentes y Claudia Muñoz.
“Nuestra congregación tiene como horizonte colaborar con las personas en situación de movilidad humana porque el Papa Francisco lo ha pedido a toda la Iglesia y nosotras hemos querido acoger este llamado. Buscando dónde realizar este trabajo hemos visto en esta diócesis poder conocer y aprender sobre esta experiencia (…) viviremos tres días de la semana en Curicó y lo central será acoger y escuchar a los hermanos y hermanas migrantes que vengan a solicitar ayuda”, sostuvieron ambas religiosas.