Recientemente 14 personas han culminado el ciclo de formación para ser Ministro Enviado. La gran novedad es que por primera vez mujeres prestarán este servicio en comunidades de nuestra Iglesia Diocesana de Talca.
De las 14 personas que se prepararon durante dos años, 10 son mujeres, lo que viene a constatar algo indesmentible, las mujeres son mayoría en la vida pastoral de las parroquias. Esta oportunidad para que mujeres se prepararan para el ministerio enviado surgió tras la llegada a la diócesis de Mons. Galo Fernández, en la perspectiva de una participación más activa de la mujer en la Iglesia.
“El servicio del ministerio enviado le ha dado mucha vitalidad a nuestras comunidades, hace más de 50 años. Sin que haya existido una normativa que dijera que era solo para hombres, de hecho, solo fue para varones, tal vez en la perspectiva que le daba el diaconado como algo muy cercano al sacerdocio. Hace unos años surgió la pregunta, a mí me la plantearon, si la mujer podía ser Ministra Enviada, siendo además un ministerio totalmente laical. Y en el discernimiento que hemos tenido en la diócesis estaba esto de mayor apertura al rol de la mujer en la Iglesia, y constatamos que la realidad dice que la mujer ya tiene una presencia predominante en la catequesis, pastoral de enfermos, el 1%, entre otros servicios”, señaló el obispo de Talca.
“No puedo negar que hay voces que miran esto con desasosiego y que expresan que quizás la mujer no será bien acogida, pero son voces minoritarias, la mayoría se alegra. Tenemos ya una gran cantidad de mujeres ministras extraordinarias para la comunión; en no pocas ocasiones en ausencia de sacerdote, diácono o ministro enviado, la ministra de la comunión ha terminado realizando la liturgia dominical y a nadie le ha parecido mal”, reconoció el obispo.
En esta ocasión compartimos dos testimonios del grupo de mujeres que prontamente serán Ministras Enviadas.
Silvia Soto Mena, parroquia Jesús Obrero de Curicó.
Casada, 3 hijos y 1 hija, 2 nietos
Desde la época del colegio sintió cariño por la Iglesia, en especial por la Virgen al estar internada en una escuela de las Hijas de María Auxiliadora de Molina. Empezó a participar en la parroquia como animadora de catequesis, ministra extraordinaria de la comunión.
“El P. Osvaldo llegó a mi casa a proponerme algo, y esto era prepararme para ser Ministra Enviada. Se lo compartí a mi hija y me preguntó de vuelta: ¿tú que piensas? Y le dije: la Iglesia necesita una apertura después de todo lo que ha pasado. Es bueno que haya una renovación, siempre hemos sido más las mujeres las que participamos en la Iglesia. Y mi hija dice: con ustedes va a comenzar el cambio, no debes tener miedo”.
“Creo que mi misión como Ministra Enviada será acompañar a la gente, hacerles sentir que la Iglesia está cambiando. Poner un aspecto más maternal al servicio de la comunidad. Mis expectativas son poder dar un paso más dentro de la comunidad, creo que al principio le va a costar a la gente adaptarse, pero con paciencia se va a lograr, y, ojalá, que con el tiempo seamos muchas más”.
Gabriela Peñaloza Reyes, parroquia San Policarpo de La Huerta del Mataquito.
Casada, 3 hijos y 2 nietos.
“Una vez que el padre Hernán Vergara me invitó a esta experiencia me costó aceptar. Llevo muchísimos años participando en la iglesia, como 30 años de manera continua, siempre pensando en poder hacer algo por los demás. Pensé que si tal vez no llegaba al final de la formación de los Ministros Enviados esto me podía servir como formación personal, para tener más conocimiento de la vida del Señor”.
“Me gusta salir a visitar a las personas, conversar con ellas, compartir historias cara a cara. Siempre le digo a la gente que hay que seguir a Dios, escucharlo. La mejor medicina es estar con Dios. Sobre eso hubo algo bonito en mi sector de Palquibudis ya que participé en lo que fue la gestión y construcción de la capilla. Existía una capilla en el fundo y muchos no creían necesario tener una capilla, me costó convencerlos, pero después me encontraron la razón. Así, la gente se sintió parte de la capilla ya que trabajaron para ello, tuvieron una historia común, siempre van a recodar: trabajé para levantar esta capillita. Nos demoramos seis años y fue muy lindo ese proceso”.
“La comunidad sabe que me estoy preparando para Ministra Enviada, pero no me han hecho ningún comentario. Creo que va a costar un poco en especial a la gente más adulta. Cuento con el apoyo de mi familia, eso es importante para mí”.
(Esta nota contó con la colaboración de la periodista Daniela Estraño, quien ha entrevistado a las personas que se están preparando para el ministerio enviado. Las entrevistas se podrán escuchar en La Vida en un Podcast en Spotify. Escanea el QR).
Esta nota fue publicada en la edición 502 de Comunicando, abril 2024.