El viernes 29 de noviembre, las pastorales de los Colegios Católicos de Talca, celebraron una Eucaristía por la culminación del año escolar, en el templo Catedral de la ciudad.
La misa inició a las 10:00 de la mañana, y fue presidida por el obispo de la diócesis, monseñor Galo Fernández. Luego de las lecturas, nuestro pastor expresó en su homilía, que al llegar el fin de año nos alegramos porque ya ha pasado un año más de formación.
“Hacemos esta misa de acción de gracias por algo más integral, más profundo, damos gracias por el tiempo vivido, saber dar gracias es una sabiduría humana de la mayor categoría, la gente que vive dando gracias, vive mejor, vive más alegre (…) debemos también tener presente que las cosas negativas que vivimos son oportunidades de aprendizajes, yo pienso que si ustedes recorren el año, recorrerán cosas buenas y cosas malas, las cosas negativas hay que mirarlas en el prisma de qué aprendieron de ahí, porque siempre se aprende, pero no quedarse pegado ahí, al contrario alegrarse de crecer, de lo aprendido”.
Así mismo, el padre Galo hizo referencia al evangelio del día, donde habla de los discípulos de Juan el Bautista que está buscando lo verdadero, a Jesús.
“Vengan y lo verán, ese es el camino de nuestro encuentro con Cristo, ante todo es conocer a una persona que caminando con Él lo vamos descubriendo, haciendo un vínculo. Y aquí estamos al terminar un año, unidos como hermanos. Ser jóvenes no es solo un asunto privado, personal, íntimo, ser jóvenes es un asunto generacional, juntos ustedes reciben de todas las generaciones lo que hemos aprendido, pensado, las formas de vivir, y a ustedes les toca hacer una síntesis nueva, una manera nueva de vivir, y también vivir la fe”.
Para concluir, el obispo aseveró que deben tomarse en serio la responsabilidad de construir un mundo en el amor y en el respeto.
Ya para el momento del ofertorio se presentaron como signos una canasta con alimentos, una imagen de Carlo Acutis, una planta, unas palomas de madera que entregaron los representantes de cada colegio, y por supuesto pan y vino.
La celebración Eucarística finalizó con la bendición entregada por el obispo de la Diócesis de Talca, monseñor Galo Fernández Villaseca.