La parroquia de San Rafael acogió a numerosas personas, fieles, familiares y amigos que llegaron a brindar el último adiós a este sacerdote, en la mañana del viernes 27 de diciembre.
Una palmera de la celebración de Domingo de Ramos sobre el ataúd del padre Enzo era el signo inequívoco de la esperanza, esperanza marcada por el anuncio de la resurrección de Jesús. Algo que nunca se cansó de comunicar el padre Enzo en sus más de 39 años de sacerdocio.
La eucaristía de funeral fue presidida por el obispo de Talca, el padre Galo Fernández, y concelebrada por numerosos sacerdotes de nuestra Iglesia Diocesana. En su homilía el obispo expresó que “en la noche bendita en que el Creador se unió a la criatura, para venir a unirse por siempre y rescatarnos de la mundanidad, la muerte y el pecado, Enzo fue llamado para descansar en Dios. Su muerte no es una derrota. Su vida se unió a aquel que venció a la muerte, y vivió como sacerdote procurando anunciar a tiempo y destiempo el nombre de Jesús”.
El obispo destacó el servicio y caminar del padre Enzo por tantos años en San Rafael y también otras parroquias: “Escuché muchas veces de la fecundidad de su ministerio en San Rafael, de cómo las comunidades neocatecumenales fueron un camino que le ayudó a desplegar su ministerio. Desde que me tocó llegar como pastor de esta Iglesia de Talca lo conocí en una etapa que estaba muy mermado con sus capacidades por la enfermedad, que lo iba limitando cada vez más. Pero fui testigo de una obra asombrosa porque en medio de sus limitaciones manifestaba una persistencia por ejercer su ministerio, porfiado, pero una porfía que le venía del fuego del Evangelio”.
Nuestro pastor agradeció profundamente el gesto del matrimonio de Claudia y Daniel (familia Silva Poblete), que junto a sus hijos acogieron a este presbítero en estos últimos años en su hogar: “Asumieron este camino y que después de tanto tiempo lo extrañan. Dios los bendiga, les dé paz y consuelo. Han cumplido un acto de infinito amor”.
También tuvieron sentidas palabras Ángela, hermana del padre Enzo; Daniel Silva; y Pamela González, directora del Colegio San Madre de Dios.
El responso final estuvo a cargo del padre Juan Pablo Bravo, administrador parroquial de San Rafael. El ataúd del padre Enzo fue sacado del templo por sus hermanos sacerdotes y luego fue traslado al Cementerio Parroquial.