Este domingo 06 de abril, en la misa de las 12:00 horas, se realizó la apertura de este santuario como cuarto templo jubilar de nuestra diócesis. La Eucaristía fue presidida por monseñor Galo Fernández.
La celebración se inició en el patio del santuario con la presencia de decenas de fieles, donde el padre Osvaldo Navarrete, rector del Santuario El Carmen, leyó el Evangelio del día.
Seguidamente nuestro pastor diocesano entregó unas palabras a los presentes indicando “que desde hace muchísimo tiempo la Iglesia comenzó esta tradición de celebrar año jubilar, para hacer memoria del acontecimiento de la redención. Primero fue cada 100 años, después cada 50 y finalmente desde hace tiempo cada 25 años, para asegurarse que cada persona, cada generación tenga la alegría de vivir este año que pone en el centro la redención que nos ofreció Jesucristo y a la vida nueva a la cual nos invita”.
“Dejémonos envolver por esta alegría como un acontecimiento que nos ofrece la misericordia del Señor que nos salva. Y por eso una parte sustancial del año del jubileo es querer compartir fuertemente la indulgencia, que complementa el perdón, que sana las heridas que el pecado ha provocado en medio de nosotros y lo hacemos en razón de los méritos de Jesucristo”.
Así mismo, el padre Galo expresó que el Papa Francisco ha querido que esto llegue a todas partes del mundo, no solo en Roma, y en las catedrales de las ciudades, sino también que se disponga de otros templos jubilares.
“Aquí en Curicó este santuario tan querido y de tan honda tradición ha sido declarado entonces templo jubilar, por eso hoy queremos hacer apertura de la puerta del templo jubilar, para que quede como un espacio donde la indulgencia sea ofrecida a todos los que de la ciudad de Curicó y de su entorno quieran venir a vivir esto”.
A continuación, se invitó a los fieles a ir en procesión con la cruz desde el patio hasta las puertas del santuario. Una vez allí, el obispo leyó unas oraciones, tocó tres veces la puerta e hizo la apertura oficial del templo jubilar, invitando a los fieles a ingresar.
Ya adentro, el obispo bendijo el agua de la fuente bautismal, con la que después bendijo también el templo y a los peregrinos. Para el momento de su homilía, monseñor Fernández habló sobre la esperanza, a lo que nos convoca el año jubilar.
“La esperanza cristiana que no defrauda, que no engaña, y nos convoca el Papa Francisco en la certeza que vivimos en un mundo en donde tantas cosas parecen cubrir con un manto de tristeza, de preocupación, de angustia el futuro. El Papa ha querido que esta fuerza que viene de Dios nos sostenga en el camino, y eso es la esperanza una fuerza que viene de Dios, la fuerza que sostiene en medio de días difíciles. La esperanza no es mero optimismo, no es una actitud un poco ingenua de quien cree que las cosas malas nunca van a tener fuerza entre nosotros. La esperanza cristiana por el contrario es realista, reconoce el influjo del mal en nuestro entorno, pero recuerda y hace memoria de Jesucristo quien venció el mal, el pecado y la muerte”.
La celebración eucarística finalizó con el rezo de la oración del año jubilar y la bendición entregada por parte de nuestro pastor diocesano, donde además invitó a los fieles a organizarse para recibir las indulgencias siguiendo las indicaciones en este año jubilar.