Este domingo 13 de abril, decenas de fieles se congregaron en la plaza de armas de Talca desde las 11:30 horas para la bendición de los ramos, la que fue realizada por el obispo de la diócesis, Mons. Galo Fernández.
Con la celebración del Domingo de Ramos dimos inicio a la Semana Santa, los ramos en movimiento al ritmo de canciones y oraciones fue un lindo momento para recordar la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, y así también su entrada a nuestras vidas, nuestra ciudad y nuestros hogares.
Esas fueron parte de las palabras de nuestro pastor diocesano después de realizar la bendición de los ramos: “Guardamos estos ramos como señal de ese amor, pero también de la bendición que el Señor nos regala (…) estamos aquí como un signo de fe y de gratitud de un reconocimiento de quién es el Rey y Señor (…) Él entra en nuestra vida en la medida que le abrimos el corazón. En la medida que lo reconocemos como Rey y Señor”.
“Por eso estemos conscientes de lo que significa batir estas palmas. Reconocer que Jesús es verdaderamente el Rey y Señor, de que Jesús es el que queremos que tenga la primacía, el mayor valor en nuestra vida, mayor valor que los poderes y títulos que podamos alcanzar, mayor valor que los placeres que podamos buscar, mayor valor que todo el dinero que podríamos reunir”.
Concluyó invitando a que “Vivamos esta Semana Santa con la decisión firme de que Jesús reine en nuestros corazones. Es lo que cada uno tendría que decir, ‘de verdad quiero que Jesús reine en mi corazón, de verdad quiero que Jesús reine en mi vida siempre’”.
Encuentro con Cristo
Seguidamente monseñor Galo Fernández, junto a los ministros y feligreses caminaron en procesión hasta el templo catedral, para celebrar allí la Eucaristía. Con un templo repleto y luego de las lecturas del día, el padre Galo se refirió al texto de la pasión del Señor.
“Los ciudadanos de Jerusalén probablemente estaban entusiasmados e ingenuos ante lo que podía venir. Parecía un triunfo fácil. Nosotros en cambio sabemos, y por eso aclamamos con ramos, pero con el corazón conmovido. Y por eso la Iglesia nos invita a leer este largo relato de la pasión, que tiene tantos aspectos que nos va metiendo en la escena del momento más determinante de la historia humana. Donde el Dios hecho hombre nos mostró todo su amor”.
“Celebramos una y otra vez este misterio, este acontecimiento de nuestra vida porque necesitamos hacer memoria de Jesús. Necesitamos hacer memoria de Jesús porque se nos olvida y empezamos como a estar atrapados en las cosas cotidianas, en las cosas del mundo, y de hecho vivimos en un mundo que parece respirar olvido de Dios. Olvido de Jesús. La Semana Santa está llamada a ser un tiempo intenso de encuentro con Cristo”.
La celebración eucarística culminó con la invitación a las demás celebraciones en la Semana Santa, como la Misa Crismal el miércoles 16 de abril desde las 19:00 horas y el Vía Crucis el viernes 18 de abril desde las 18:00 horas.