Con ocasión del Día del Catequista numerosos agentes pastorales se dieron cita en el CFT San Agustín de Talca, el sábado 31 de mayo, ocasión en cantaron, oraron y compartieron la esperanza de su servicio.
Desde las cinco zonas pastorales de la Iglesia llegaron los catequistas para dar gracias a Dios y celebrar su jubileo, con el lema “Catequistas peregrinos de la esperanza”. El salón Mons. Carlos González Cruchaga del CFT San Agustín se hizo pequeño para albergar a tantos hermanos y hermanas que llegaron, a pesar de la baja temperatura.
Tras la bienvenida, dinámicas, canto y oración, el padre José Maldonado, director del Depto. de Catequesis, explicó qué era un año jubilar y cómo esta celebración va de la mano con el servicio que desarrollan los catequistas en la Iglesia.
“La vida cristiana tenemos que entenderla como un camino y un camino que necesita momentos para alimentar y fortalecer la esperanza, compañera insustituible que permite dilucidar la meta y el encuentro con el Señor. Esa es nuestra meta. Y en la meta de la catequesis es que el anuncio de la Pascua resuene en el corazón de las personas y cambie sus vidas. Eso es lo que busca la catequesis. No busca enseñar tantas cosas, busca que la persona se encuentre con Jesús para que su vida pueda cambiar”, dijo el padre José.
Más adelante, los catequistas hicieron un trabajo en grupo para conversar sobre los signos de esperanza en sus comunidades.
Jacqueline Aliaga, catequista del sector Paraguay, parroquia de Curepto en la Zona Costa, por primera vez venía a esta celebración: “Ha sido muy satisfactorio, muy emocionante ver tantos compañeros de vida, que caminamos juntos en este andar que de repente se nos pone complejo, pero siempre con la ayuda de Dios podemos estar y vivir momentos tan hermosos como estos”.
Luego de una foto grupal, los catequistas comenzaron la peregrinación hasta la catedral de Talca (templo jubilar), animados por cantos y el rezo del rosario. A las 12:00 horas se dio inicio a la eucaristía presidida por el obispo Galo Fernández, quien expresó que este día del catequista se convertía en jubileo al vivir un año santo y al estar celebrando los 100 años de la Diócesis de Talca.
Pensar en la catequesis como una vocación
Es una propicia ocasión para dar gracias por el servicio de los y las catequistas, en todas sus expresiones, “en todas las etapas de la vida es necesario, es fundamental la enseñanza de la fe, la catequesis, el acompañar para hacer más fuerte y sólido la experiencia que tenemos de Jesús”.
“La fiesta que nos toca (Visitación de la Virgen), yo creo que nos inspira en este camino de catequista. Y María Santísima, quien dice: ‘Mi alma canta la grandeza del Señor. Se alegra mi espíritu en Dios mi salvador’. No puede haber una catequesis triste. No hay transmisión de la fe, sino es contagiando la alegría del encuentro con Jesús. Una segunda cosa que me gusta de esta fiesta es que pone a Juan el Bautista, el precursor de Cristo muy en el centro. Está en el centro porque aquí se marca que él nace para esto. Que lindo pensar en la tarea del catequista en primer lugar como una vocación. No como un servicio que generosamente se me ocurrió un buen día hacer, sino como un llamado del Señor que nos entrega una misión, la misión de preparar el camino del Señor”, afirmó el padre Galo.
“Celebremos esta fiesta jubileo de los catequistas en este centenario de la Diócesis de Talca.
Celebrémoslo renovando nuestra vocación de poder anunciar el nombre de Jesús transmitiendo la alegría de conocerlo, de amarlo, para que esa alegría contagie y para que muchos niños, jóvenes y adultos también crezcan en la experiencia de conocer, amar y seguir al Señor”, concluyó nuestro obispo.
Reconocimiento centenario
Al concluir la celebración eucarística, el Depto de Catequesis efectuó un reconocimiento a algunas personas por esta misión de enseñar la Palabra y acompañar la vida de fe de tantos hermanos:
La Huerta del Mataquito: Luisa Riquelme, Mery Cortés y Gladys Bustamante.
Hualañé: Carmen Arancibia, Pedro Gutiérrez, María Victoria Piérola.
El Sagrario: Sonia Valenzuela.
Sagrada Familia de Talca: José Marcos Garrido y Claudia Soto.
Santa Ana: Gladys Albornoz.
Los Doce Apóstoles: María Muñoz.
Fátima: María Moya.
Curicó Ciudad: María Elisa Reyes.
Rauco: Patricia Villarroel y Sergio Navarro.
Lontué: Clara Herrera.
Casablanca: Bety González.
San Clemente: Inés Rojas.
Pelarco: María Amigo.
Colín: Bernardita Mendoza.
Duao: María José Lara y Margarita Urra.
Depto. Diocesano de Catequesis: Eugenia Medel.