Con una misa a la chilena esta comunidad, que pertenece a la parroquia Espíritu Santo, celebró su fiesta patronal y 50 años desde que comenzara sus encuentros y celebraciones en casas de los vecinos del sector en 1975.
La eucaristía se realizó el sábado 28 de junio en la capilla San Pedro ubicada en 14 Oriente con 12 ½ Sur en Talca, siendo presidida por su párroco, el padre Nelson Chávez Díaz. Tras el saludo inicial el ministro enviado Mario Saavedra compartió una reseña del caminar de estos 50 años de la comunidad, resaltando el compromiso de los laicos por ser comunidad y contar con un templo.
“La comunidad cristiana El Tabaco nace a la vida pastoral bajo el alero de la parroquia Inmaculada Concepción en el año 1975, contando con el apoyo de la Hna. Amalia y el P. Guillermo Steenhof. Sus precursores fueron Ángela Soto, Esther Avendaño, Rebeca Cancino, María Berríos y su esposo y ministro de entonces Héctor Aldana. Los primeros encuentros fueron en casa de la Sra. Ángela Soto, al igual que su primera Eucaristía celebrada por el obispo Carlos González un día 29 de junio, razón por la que él sugirió el nombre de San Pedro para la futura capilla”.
En 1983 se dispone del terreno para ubicar la capilla y con otra serie de donaciones se instala un galpón, de este modo con el paso de las décadas la iglesia ha ido creciendo con nuevas instalaciones, ampliando el presbiterio, todos logros alcanzados con mucho esfuerzo.
Durante la homilía el padre Nelson enfatizó que nuestra mayor riqueza es Jesucristo: “Eso es lo que tenemos como comunidad. Y eso es lo que tenemos que compartir con los demás. Compartimos a Cristo con los demás, tanto personal y comunitariamente (…) Y nosotros como comunidad ¿somos capaces también de ayudar a aquellos que son más frágiles, aquellos que son más débiles para ayudarles a colocarlos de pie, a ofrecerles el brazo para que puedan seguir caminando, para que recuperen la dignidad perdida?”.
“A veces, hermanos y hermanas, como bien ha dicho el Papa Francisco, somos analfabetos. No porque no sepamos ni leer ni escribir, sino analfabetos porque hemos olvidado acompañar, cuidar y sostener a los más frágiles, a los más débiles. La sociedad en la que habitamos tiende a pasar de largo, tiende a desentenderse de los más frágiles y débiles, de los lisiados”, recalcó el párroco de Espíritu Santo.
Enfatizando las lecturas de la celebración, el Vicario General manifestó que “tal como Pedro debemos dar lo que tenemos. No tanto centrarnos en lo que queremos recibir o pedir, sino más bien centrarnos en lo que podemos entregar y compartir. Porque el secreto de la vida consiste en entregarla. Cuando uno da, es el otro lo importante”.
Al culminar la eucaristía, representantes de las comunidades María Misionera, Juan Bautista y la sede parroquial entregaron obsequios a la comunidad San Pedro, los que fueron recibidos con mucho cariño. La actividad finalizó con un rico compartir y una gran torta para dar gracias al Señor por estas cinco décadas de la comunidad San Pedro.