Este lunes 18 de agosto, la Vicaría de Pastoral Social de nuestra diócesis invitó a la comunidad a celebrar el Día de la Solidaridad, con diversas actividades donde se recordó el legado de San Alberto Hurtado.
La actividad comenzó a las 10:30 de la mañana a un costado de la Catedral de Talca, en la parroquia El Sagrario donde se desarrolló un conversatorio con la participación de las diversas pastorales (Pastoral Carcelaria, Pastoral de la Salud, Pastoral de Movilidad Humana, entre otras), que conforman la Vicaría de Pastoral Social.
El padre Luis Alarcón, Vicario de Pastoral Social dio un saludo de bienvenida, así como el Obispo, monseñor Galo Fernández, y luego se dieron a conocer las iniciativas solidarias que se llevan a cabo en la diócesis, como el comedor solidario de la parroquia Santa Teresita.
Sol Hormazábal, integrante de este comedor habló sobre la labor que realizan desde hace 23 años, donde los miércoles y domingo entregan almuerzo a más de 60 personas.
“Tenemos un comedor solidario que funciona ya hace como 23 años. Este comedor principalmente fue enfocado para acompañar a las personas que se sentían un poquito más solas. En ese comienzo fue así y luego ya con el tiempo habían muchas necesidades en el sector, necesidades económicas y se pensó en las personas ya más situación calle, sobre todo enfocado en los jóvenes, y en los adultos mayores que se encuentran lamentablemente muy solitos, y se les acompaña y se les da este almuerzo (…) La Vicaría de Pastoral Social ha sido un pilar fundamental para que esto siga funcionando y para que se vaya dando de la mejor forma, y también muchas personas que anónimamente están ayudando y aquellas que entregan su servicio para colaborar haciendo y sirviendo los almuerzos”.
Posteriormente, a las 12:00 horas, se celebró la Eucaristía presidida por nuestro obispo, quien en su homilía invitó a la comunidad a vivir la solidaridad como un compromiso permanente y no solo como un gesto puntual.
“Celebramos un día hermoso que nos anima en el compromiso solidario, lo hacemos junto a quienes día a día están vinculados a una de las tantas dimensiones de solidaridad, de servicio a los últimos, a los pobres, a los vulnerables. Lo hacemos animados por la figura de Alberto Hurtado, santo nuestro, chileno, tan rico y tan valioso en su compromiso, con un fuego interior que lo llevó a ser apóstol de los jóvenes y que de algún modo llegó a abrir la mirada, y a interpelarnos respecto del compromiso de los más pobres”.
Para finalizar sus palabras, nuestro pastor diocesano expresó a Dios la gratitud por habernos dado aquí en Chile, como ejemplo a San Alberto Hurtado.
“Gracias Señor por este regalo inmenso de San Alberto que le has dado a nuestra patria, ayúdanos a no tenerlo en un rincón medio olvidado, a que su testimonio y su figura, su palabra nos movilice a ser esa patria hermosa y fraterna que tu siempre has querido en esta tierra”.
La celebración de este lunes nos invitó a tener presente que la solidaridad no solo se recuerda, sino que se practica en gestos concretos de fraternidad, finalizando con la bendición final por parte de monseñor Fernández.